Los virtuosos, también se equivocan

El dulce trinar de aquel pájaro llevaba resonando en sus tímpanos toda la tarde. Sobrevolaba plácidamente sus cabezas al son del violín que aquel virtuoso chico tocaba con esmero. La chica se esmeraba en repetir las notas que él tocaba con gran virtuosismo,pero no llegaba a alcanzar la rapidez que él tenía con los dedos. Trataba al violín como ella siempre hubiese deseado que la tratasen,por ello le miraba con gran admiración y a la vez un poco de recelo,esperando el cariño no correspondido que esperaba de aquel joven violinista. El joven cambió bruscamente el ritmo,comenzó a tocar una melodía que parecía que le gustaba mucho a aquella chica que estaba encantada percibiendo los dulces acordes que desprendían las cuerdas del violín. La chica iba acercando su cara y sus labios a las mejillas del violinista que se daba cuenta y cada vez tocaba más rápido y con más esmero. La chica se acercó tanto que hizo que ese chico que se estaba esforzando tanto por poder mover los dedos tan rápidamente para poder alcanzar el sonido perfecto fallara, si, hizo fallar al gran virtuoso, que con voz segura dijo:

-Como ves, todos fallamos, ni el más virtuoso violinista puede llegar a tocarlo todo perfecto.

-Lo siento, ha sido mi culpa. -Dijo convencida la muchacha.

- De culpa ninguna,has hecho lo que tenias que hacer, lo que sentías, y eso es lo que debería hacer cualquier persona que quiera ser feliz,hacer lo que siente en cada momento,por eso a mi ahora mismo lo que me apetece es esto..

Se juntaron sus labios húmedos de toda la tensión que se había respirado en esos últimos minutos, ahora no, ahora se respiran el uno al otro. El virtuoso dejó de tocar el violín,su especialidad,para tocar el corazón de su aprendiz, algo más humano con lo que podría tener fallos, pero si, ni el más virtuoso violinista puede llegar a tocar todo perfecto.